Si, Dios no quiera, se levantaran disidencias entre vosotros, lo digo con pesar, me apartaría abiertamente de aquellos que traicionaran la bandera de la fraternidad, pues, a mis ojos, no podrían ser considerados como verdaderos Espíritas.
En todo caso, no os inquietéis, en absoluto, por algunas disidencias pasajeras.
Tendréis pronto la prueba de que no traen consecuencias graves; son pruebas para vuestra fe y vuestro juicio; frecuentemente son también medios permitidos por Dios y los buenos Espíritus para dar la medida de la sinceridad de cada uno, y hacer conocer a aquellos con quienes se puede realmente contar en caso de necesidad, y a quienes uno evita, así, poner a la cabeza.
Son las pequeñas piedras sembradas sobre vuestra ruta, a fin de acostumbraros a ver sobre qué os apoyáis. (…)
Por Allan Kardec
Texto extraído del artículo titulado “Reunión general de los Espíritas bordeleses, el 14 de octubre de 1861: Discurso del señor Allan Kardec” Publicado en la Revista Espírita – Periódico de Estudios Psicológicos, noviembre de 1861