diciembre 22 2021

Miedo y Obsesión

Hay historias humanas que son dignas de ser contadas.

En este planeta conocemos muchas enfermedades, incluso hablamos de enfermedades orgánicas y mentales.

Como la mente está situada en el terreno del Espíritu, ya que nada tiene que ver con la materia que conocemos, nuestras enfermedades mentales, así como las físicas, pertenecen al Espíritu, que mediante un cuerpo carnal, filtra su desequilibrio y desarmonía, provocadas, casi con seguridad, en un pasado que puede ser reciente o remoto.

Esas experiencias de millones de casos contadas, son solidarias y, por eso mismo pueden ayudar a alguien que pueda estar o esté en el futuro en las mismas circunstancias.

Compartir ayuda a aprender y crecer espiritualmente.

Estamos tan acostumbrados a recibir; que dar, nos supone un esfuerzo tremendo, sobre todo, en cuestiones que son personales y muy íntimas: ¡Desconfiamos de todo y de todos! Creemos que no nos van a entender; que nos van a criticar, que, incluso, nos puedan dar la espalda, etc.

En definitiva, lo que ocurre al ser humano, es que tiene MIEDO, con mayúsculas.

Miedo a todo y a todos, y por ese miedo, es capaz de caer en las situaciones más extrañas, más insospechadas y más dolorosas.

¿A qué podemos tener miedo? Por ejemplo: a no ser amados, a la soledad, a no alcanzar una hipotética, felicidad terrenal, a la vejez, a perder la belleza, a la muerte, etc.

Nos debatimos entre el miedo, la inseguridad y la desconfianza, en un mundo lleno de tropiezos y dificultades; en un mundo sujeto a toda clase de pruebas: materiales y morales.

En muchos casos, nuestros propósitos hechos antes de reencarnar, se desvanecen ante esos miedos: queremos tocar con las manos la tan anhelada felicidad que creemos vamos a conseguir en un mundo de fantasías, falsas ilusiones y trampas emocionales de todas clases, creyendo que tenemos derecho a esperar conseguir esa felicidad ficticia, en muchos casos.

En un mundo lleno de influencias nocivas, donde sobrevive el más fuerte, espiritualmente hablando, aunque nadie está sólo ni desamparado.

Esas historias tristes y lamentables, puede ser la de cualquiera de uno de nosotros, ya que vivimos en un mundo que muchas veces nos parece cárcel y hospital a la vez.

Podemos muchos miles de criaturas encarnadas sufrir de una enfermedad atroz: ¡el inconformismo!

Este inconformismo puede dar lugar, si no lo evitamos, a una terrible enfermedad asociada a ésta otra: ¡la obsesión!

Y lo más triste, es que muchísimas personas creen que a ellas no les va a ocurrir, que eso sólo le puede pasar a los demás, muchos creyendo que, por el simple hecho de conocer el Espiritismo o profesar una religión, no les va a ocurrir; que eso sólo puede pasar a los demás, ya que, tal vez, nosotros tengamos el conocimiento, que sin practica, no sirve de nada, para salvarnos de esa caída dolorosa.

Nadie está a salvo de caer, a menos que tenga un bastón infalible: ¡la vigilancia! No nos engañemos: el autoconocimiento es imprescindible.

Jesús nos dio enseñanzas maravillosas que, con frecuencia o preferimos olvidar o no queremos aplicar, porque entonces tendríamos que renunciar a ese falso mundo de ilusiones del que hablaba antes.

La RENUNCIA, también con mayúsculas: qué difícil de entender y mucho más de aplicar.

¿Quién está dispuesto a renunciar a aquello que más le gusta, pero que menos le conviene? Muchos no han sabido hacerlo casi nunca en su vida, por esa natural rebeldía que nos caracteriza y, como muchas inclinaciones nos acompañan por siglos, la rebeldía y el inconformismo, hacen caer en un pozo muy oscuro, que nos hace sentir mucho dolor, remordimientos, tal vez, y muchísima angustia: la conciencia acusa.

Afortunadamente aquellos que tienen el conocimiento de la Ley de Causa y efecto y la sobrevivencia del alma, aunque pasen por esto, no deben tirar la toalla, ni darse por vencidos.

El esfuerzo y el sacrificio lo apartamos nosotros, pero hay una aportación aún mayor por parte de nuestros Hermanos Mayores, para que esa situación insostenible por la que se puede pasar, sea remediable.

¡No hay nada imposible! Las obsesiones más pertinaces, más arraigadas y difíciles, pueden combatirse, siempre que la persona sea consciente de esa enfermedad espiritual, que es la obsesión, y quiera salir de ella.

Es como el alcoholismo, las drogas, el juego, las aberraciones en el sexo, etc.

La obsesión es una enfermedad del espíritu, como las que he citado.

Para nuestra desgracia, muy desconocida aún, aunque padecida por millones de seres en la Tierra y en el Plano espiritual.

La persona más fuerte, la más devota, la más sabía, puede sufrirla en todas sus modalidades y grados, de las que nos habla muy bien, el Libro de los Médiums.

Para contraerla hay infinidad de virus: la envidia, la critica, el juego, las drogas, la avaricia, la rebeldía, el inconformismo, la sensualidad desmedida, la intolerancia, la venganza.

Nuestras imperfecciones abonan el campo donde se va a sembrar la enfermedad, llamada: obsesión.

A veces letal espiritual y mentalmente.

No olvidemos hacer serias reflexiones acerca de nuestra persona.

No perdamos tiempo juzgando y censurando a los demás: hagámoslo con nosotros mismos, y todo aquel conocimiento moral que adquiramos, que sea para nuestro progreso espiritual, aplicándolo constantemente y no, para hacernos grandes teóricos de falsos púlpitos, llenos de vanidad y orgullo.

Si caemos, que el sentimiento de culpa y el remordimiento, no nos haga caer más bajo aún.

El mejor castigo que debemos imponernos es el del trabajo y el progreso: aspira al progreso, quien cree en él.

Lo primero que debemos hacer es perdonarnos a nosotros mismos, porque Dios lo hizo ya, y tener mucha confianza en el futuro, ya que somos eternos y Dios nos ha dado a conocer una Doctrina llena de consuelo y esperanza.

Por Isabel Porras González para zonaespirita.com

Escrito por Isy

Isy

Isabel Porras González es co-fundadora del Centro de Estudios Espíritas Allan Kardec de la ciudad de Málaga. Traductora de varios libros de Espiritismo al español. Actualmente es miembro del grupo Amanecer Espírita en Los Barrios – Cádiz.


Publicado 22 diciembre, 2021 por Isy en la/s categoría/s "Monográfico sobre LA OBSESIÓN