El karma se refleja en el ADN de cada ser mediante predisposiciones mórbidas (que serán activadas o inhibidas según el patrón mental y de comportamiento de la persona).
De esta manera, en cada reencarnación, el código biológico expresa lo que cada uno vive de manera positiva o negativa.
Aquí vemos una de las manifestaciones de la sabiduría (y misericordia) divina, al dejar que cada ser viva no en régimen de fatalidad, sino de acción/reacción en todos los instantes de su libre albedrío.
Por Andrei & Juanma para zonaespirita.com