El espiritismo estudia las leyes del mundo espiritual, cómo se producen los fenómenos espirituales, las enseñanzas éticas y morales que nos indican los mentores espirituales, El Evangelio de Jesús sin fanatismos, sino explicado racionalmente, teniendo como punto central el Amor y la Caridad con el prójimo, y es allí donde todas las religiones y filosofías del mundo pueden tener su punto de unión.
(…) Hace varios años, que habían varias personas que asistían practicantes de otras religiones y filosofías diferentes, como ser: evangelista, budista, católica, judía y hasta una persona que iba a una sociedad de teosofía.
La mayoría preguntaba lo mismo: “¿Tengo que dejar mi religión o filosofía para ser espiritista?”. Al contrario, le respondíamos, debes ser mejor en lo que has abrazado, poniendo en práctica lo que predican.
El dolor no tiene religión.
Cada cual sigue por el camino que más cómodo se siente y más paz le da al alma.
En mi caso personal me siento más contento en éste camino que me da mucha paz.
No es necesario abandonar la religión a que cada uno pertenezca.
El espiritismo apenas enseña estas leyes espirituales que puedes complementarlas con lo que practicas, pero ahora sabes que tú solo puedes comunicarte con el Creador y con Jesús sin pagar por tu fe, y cada vez que ayudo sintiendo la presencia espiritual, recibo mucho más de lo que doy por más que no me lo digan, lo percibo, acerándome a Dios.
Es lo mismo que la persona que haga yoga y piense que por estudiar el Mundo Espiritual no puede practicarlo más. No, esta concepción sí sería fanática y dogmática.
Siempre debemos estar enriqueciéndonos por dentro, porque todos partiremos de la Tierra con lo que hemos hecho, bueno o malo y no con los rituales exteriores en donde el corazón no participa.
Todos nos uniremos en algún momento como espíritus inmortales, ya que allí, en el plano de los espíritus, no existe división.
En el grado de Espíritu Puro, no existe una religión ya que se practica la moral Crística.
Pero en la Tierra, cada uno busca el camino que más bien le hace, como pueda y mejor se sienta.
¿El ayudar a una persona desesperada o a punto del suicidio, importa qué título tengamos o tenga para salvarla? De la misma manera, ¿nuestro Padre, indaga sobre cuál es nuestra preferencia religiosa o filosófica para auxiliarnos?
Los mentores espirituales aquí presentes, que dejan sentir sus vibraciones de Amor, ¿acaso se han interesado por algún rótulo doctrinario, mostrando su preferencia por alguna en especial (…)?
Repetimos nuevamente, que puede servir tanto de complemento a lo que cada uno acredita y se siente cómodo o también estudiarlo en profundidad y practicarlo, porque la teoría sola no sirve.
La paz, de cualquier manera, nos llega cuando brindamos paz a nuestros semejantes, y como nadie puede dar lo que no tiene, volvemos al principio, lo que nos dicen los mentores espirituales, iluminarnos por dentro a través de los pensamientos positivos, una reforma interior y el hábito saludable de la oración con la ayuda al semejante, aún pidiendo en el silencio de nuestro cuarto sin que nadie lo sepa, porque esto tiene mucho más valor que andar diciéndolo.
(…) Me habías comentado las polémicas sobre este asunto en las instituciones espiritistas,
¿es o no una religión?
(…) – Desde que llegué de Brasil cuando apenas pasaba los 20 años, lo único que oí siempre fueron debates acalorados e interminables sobre este asunto y por lo que tengo entendido hace más de 80 años que continúan haciéndolo.
No se ponen de acuerdo y lo peor, es que se irritan unos con otros,
¿Cómo es esto posible cuando sabemos que debemos poner en práctica lo que predicamos?
¿Cómo podemos decir que queremos ayudar a un semejante cuando llegamos hasta los gritos con un compañero de ideal para “convencerse” mutuamente?
(…) Más que pertenecer a una religión, lo principal es vivir con religiosidad.
No entres en esta frecuencia de los espadachines del ego y la palabra para ganar una discusión.
Cada uno que se defina como quiera, pero no olvides una cosa:
“Nuestro semejante es el puente hacia Dios, transítalo agradecido por la oportunidad que te damos de poder ayudar”.
De esta manera, personalmente no le doy ese título tal como las personas entienden, es mi opinión personal ya que
hasta el momento “no hay concordancia plena” sino discrepancias,
porque el ser cristiano no me hace pertenecer a una religión, sino como dije, vivir con religiosidad, cristianamente, sintonizándome a Jesús en los trabajos, esforzarme en poner en práctica lo que predico, pero respeto profundamente a los que sí lo adoptan como una Religión, y
sin entrar más en una discusión al respecto, cada uno es libre de elegir, es lo que nos enseña el espiritismo ya que no impone nada,
no tiene rituales, ornamentos, vestimentas especiales, jerarquías sacerdotales ni santuarios.
En el Plano Espiritual Superior, no existe una Religión, cada Espíritu vive con Religiosidad practicando el Amor al Creador en la figura de los sufrientes.
(…) Esta discusión parece interminable.
(…) ¿Por qué hay tal confusión?
Es que el ser humano todavía piensa que necesita “adoptar y pertenecer” a una religión con todos los cultos y dogmas que tienen, tal como se nos representa desde tiempos ancestrales.
Sin pensar; sin analizar; acatando dogmáticamente todo; tener un “intermediario” con vestimentas especiales que de acuerdo al color y los anillos que usa el sacerdote aumenta su salario y además es el nexo entre el ser humano con el Creador y encima muchos cobran “por lo bajo”; imágenes que pueda “reverenciar”; “santos” de arcilla para que les resuelvan los conflictos sin entender que debemos pedir fuerzas para enfrentar las pruebas de la vida nosotros mismos y no pensar que con velas la “solicitud” ya estaría lista, sin hacer ningún esfuerzo para salir de la situación por más difícil que sea, siendo que es muy cómodo sentarse y esperar un “milagro”; “bendiciones secretas” por los profesionales de la fe; “estampitas especiales con certificados benditos” y por su tamaño fluctúan los precios; predicar para los demás y no poner en práctica lo que dicen; sin hablar de las guerras y muertes causadas en nombre del Cristo como el de “Las Cruzadas” a lo largo de 200 años, sembrando brutales destrucciones y sufrimientos entre otras, (…)
¡Han distorsionado tanto lo que Jesús predicó! Es por eso que la gente asocia la palabra Religión a la de cultos, descuidando su religiosidad, su transformación interior hacia el Cristo, depositando en los rituales exteriores y rezos “magistrales” los perdones que vaya saber bajo qué fórmulas matemáticas especiales, los supuestos sacerdotes representantes del Creador, recetan, indicándoles la cantidad numérica de rezos únicos o combinados, lo que para el fiel es mucho más fácil, porque luego de hacerlos se cree liberado de los males practicados, ignorando que existe una ley Inmutable del Creador, llamada la Ley de Causa y Efecto, es decir, la siembra es libre, pero no así la cosecha, para aprender a no herir a nuestro semejante, esforzándose para ser mejores personas.
Somos herederos de nosotros mismos, por actos presentes o del pretérito cercano o remoto de otras existencias.
Esta asociación a la palabra Religión es lo que desilusionó a la mayoría de las personas, porque no es algo externo, sino interno y debemos poner en práctica lo que predicamos.
El no ejemplificarlos provoca la desilusión de las personas
que abandonan sus templos, es lo que a mí me sucedió en la adolescencia para luego llegar a la conclusión de que los Hombres son falibles, y mi fe estaba basada en los sacerdotes y pastores, ignorando que yo mismo podía comunicarme con mi ángel de la guarda, con Jesús como si fuera mi mejor Amigo que nunca nos abandona y con el Creador, orando de corazón en el silencio de mi cuarto, y no a través de personas que cobran un salario y “changas espirituales” haciendo de la fe una profesión.
Esa fue la diferencia que comprendí,
¿en dónde colocar mi fe?
¿En los religiosos o en Dios?
¿Precisaba un intermediario o yo mismo podía pedir desde lo más profundo de mi alma?
Ciertamente esto último fue lo que aprendí.
La época de los dogmas y aceptar todos los rituales ciegamente y muchas veces sin entenderlos está llegando a su fin.
Jesús no fundó una iglesia de piedra, enseñó a orar al pueblo estableciendo que cada corazón humano es un templo y la Naturaleza es el Altar del Creador…
(…) Si vamos analizar la palabra “religión”, su significado etimológico del latín, sería: “Re” (intensidad); ligare (ligar o amarrar); ión (acción y efecto).
Entonces “religión” sería algo parecido a “acción y efecto de ligar fuertemente al Hombre a Dios, en este caso”.
La época de la fe ciega terminó y entramos en un período de fe racional.
En este sentido, el propio Allan Kardec en uno de sus últimos discursos antes de desencarnar, afirmó que el Espiritismo es una religión “en el sentido filosófico”, y que “antes no lo dijo porque la Humanidad tenía una idea equivocada de lo que es religión”.
Es decir, que si los propios espíritus nos dan una fe racional, sin dogmas, diciendo que el propio Hombre se puede conectar mediante la oración a Jesús y a Dios, nos enseñan a “conectarnos” y “religarnos” con el Creador.
En éste sentido filosófico se puede tomar como religión individual, sin templos ni sacerdotes con jerarquías, si seguimos la definición del término que mencioné, pero debido a las distorsiones, divisiones causadas y guerras generadas por las mismas religiones que tantas muertes y sufrimientos causaron a través de la Historia, se puede adoptar el otro significado que es el de “vivir con religiosidad”, porque yo no voy a ningún templo a que otros pidan por mí, moviendo más sus lenguas que los corazones.
Amigos, es una cuestión de términos, porque (…), para una doctrina nueva, fue necesario crear términos nuevos.
El emblema del espiritismo es: “fuera de la caridad no hay salvación” y “fuera de la caridad no hay verdadero espírita”, en el sentido que no podremos continuar progresando y nos estancaríamos, pero de ninguna manera ser condenados, eso sí es de la religión que asustaba a las personas con premios y castigos eternos, tal como se la entendía más allá de su definición.
Por lo tanto, en la caridad, premisa de la Doctrina de los Espíritus, se pueden unir los Hombres de la Tierra, como personas individuales, sin dejar sus títulos pero poniendo en práctica lo que se predica, porque si esto ocurriese, la Tierra ya estaría transformada a una categoría más elevada y la comunicación con Espíritus de Mundos Superiores sería una realidad.
Entonces,
cada uno es libre de adoptarla como una religión o no en el sentido explicado o comprender sus “consecuencias ético morales” para ponerla en práctica,
sin trabarnos a los gritos para imponer a un compañero cualquiera de estos títulos, además del carácter científico y filosófico como aclaré, o sea que tiene estos tres aspectos.
Y para que no queden dudas, les quería citar lo que el apóstol Pablo dictó en 1860 mediante la concordancia de varios médiums, en “El Evangelio según el Espiritismo” y que Kardec luego de las confirmaciones del mismo mensaje a través de varios médiums en su contenido lo dio por válido, en el Capítulo XV, ítem 10, justamente en Instrucciones de los Espíritus:
“…el verdadero espiritista y el cristiano verdadero son una sola y misma cosa, porque todos los que ponen en práctica la caridad son discípulos de Jesús, sea cual fuere el culto al que pertenezcan”.
No entremos en discusiones que dividen en vez de unir,
cada cual adopte el título que más cómodo se sienta, si así lo desea,
porque el plano espiritual nos trajo a la Tierra
una Doctrina que no es dogmática y tenemos el libre albedrío de interpretarla, dentro de la caridad al prójimo, como cada cual lo sienta, porque personalmente no necesito pertenecer a ninguna Religión ni darme una definición para ayudar.
El que quiera decir que pertenece a la “religión espírita”, está bien y el que lo adopta como una doctrina de consecuencias “ético morales” y no una religión, también está bien,
porque el sufrimiento es demasiado,
HAY MUCHOS DISCUTIDORES Y POCOS TRABAJADORES
en nombre del Cristo para aliviar al semejante.
Basta de trabarnos en este debate indefinido, que ya lleva casi un siglo, porque el espírita verdadero, como el cristiano verdadero, se caracterizan por sus obras y no sus títulos.
(…)
Después cada uno seguirá con sus disciplinas, religiones y filosofías que han adoptado o están estudiando…
Por último, debemos aclarar que la primer parte, es decir, la Ciencia, fue necesaria a mediados del siglo XIX cuando surge el espiritismo y lo investigaron varios científicos renombrados de la época y principios del siglo XX. (…)
La parte filosófica es algo inherente al ser humano, las discusiones nunca acaban como dijimos recién sobre religión.
Pero lo importante es lo que hablamos, saber para qué estamos en la Tierra, hacia dónde vamos y no ser títeres creyendo que la vida empieza y termina en esta escuela que tantas fantasías e ilusiones pasajeras nos ofrece, desviándonos de nuestra evolución hacia “la nada”.
Pero llegamos a la etapa más importante, el de poner en práctica lo que nos transmite el plano superior y son las enseñanzas Crísticas, reviviendo el Cristianismo Primitivo, el de sus comienzos, “viviendo con religiosidad”.
De esta manera, y sólo así, la Tierra evolucionará, porque sus habitantes lo harán.
(…) Nuestra tarea y la de los espíritus superiores es unir y no dividir; construir y no destruir; cada uno tiene la libertad de tomarlo o no con el título que quiera darle.
La verdadera religión del Creador es
la misericordia,
la paz,
paciencia,
tolerancia,
perdón.
(…) Para eso debemos reformarnos interiormente, vivir con religiosidad, sea cual sea el título con que nos sintamos más cómodos, pero por favor,
basta de discusiones interminables sobre este asunto, porque si no ponemos en práctica lo dicho, de nada sirve…
Por Carlos Marcelo Levín. (Argentina)
Extractado de lo publicado en su libro «Entre La Tierra y las Estrellas: Allan Kardec». Puede descargarse gratis desde este enlace de la web del autor index (eradelsextosentido.com.ar)