¿Es un espírita creyente?
Primero tendríamos que especificar que entendemos por fe. Si por esta queremos referirnos al acatamiento de un sistema de creencia o a la aceptación sin análisis de tal o cual idea, entonces diríamos que no, el seguidor de la filosofía espírita NO es creyente…
Pero, ¿no creen los espíritas en Dios? Sí, los espíritas son deístas, pero no porque crean en el Dios de esta o aquella religión, sino porque creen en la Fuerza superior que da origen y expresión a todo lo que llamamos vida, la Inteligencia universal, la causa primera de todas las cosas.
Realizar una liturgia u obedecer un dogma, por sí mismos, ni liberan, ni despiertan el ser interno, haciendo que permanezcamos en una espiritualidad de superficie. En este sentido lo religioso es un sistema mundano que nada tiene que ver con la trascendencia, con el cambio conciencial de la persona en su camino de la apariencia hacia la luz.
En ocasiones los mismos espíritas se definen como “creyentes”, lo que denota falta de precisión o carencia de estudio. El espírita no “cree en el Espiritismo” (como un católico cree en el catolicismo o un musulmán en el islamismo), sino que razona y siente el mensaje que el Espiritismo aporta, pero no como un artículo de fe más.
El espiritismo no es un sistema de creencias más.
Es una filosofía de vida trasformadora.
No apuesta por la práctica de la liturgia religiosa, sino por la vivencia de la espiritualidad universal.
El Dios de los espíritas está lejos de ser una deidad antropomorfa sentada en un trono en los cielos. Nuestro Dios es el Dios de todos (religiosos, ateos y/o agnósticos), más allá de toda abstracción humana.
Ahora bien, dejando claro lo anterior, esto no quiere decir que el Espiritismo se oponga a la expresión religiosa (pese a la ambigüedad y/o desaciertos de instituciones o líderes religiosos), porque entiende a esta como vehículo temporal que sirve al individuo o el grupo humano en su proceso evolutivo.
No podemos ser simplistas; también lo científico en su expresión humana ha cometido errores y abusos y no por ello debemos de rechazar la ciencia.
Creemos en los Espíritus (obviamente), pero no como un dogma de fe, sino que los vemos como lo que son: una de las potencias vivas de la naturaleza y el cosmos, más allá de la limitación de nuestros sentidos.
Todos, en esencia, somos espíritus, en el sentido de que somos una realidad extracorpórea.
la fe ciega o dogmática (expuesta mediante la aceptación y la obediencia), es una línea de pensamiento ajena al Espiritismo.
En términos de revelación y desde los tiempos de su codificador, Allan Kardec, el Espiritismo se basa en la fe razonada; la que nace del libre análisis, la observancia de la moral universal y la unión de razón y sentimiento.
Por Juan Manuel Ruiz González
Sábado 3 de Octubre de 2020
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