agosto 15 2020

El Poder Liberador de la Educación: El Ejemplo de Malala Yousafai

En muchos países del mundo presumimos que la educación primaria y secundaria es un derecho establecido e instituido como parte integral del desarrollo social del país.

Y es que el desarrollo y progreso de un pueblo está directamente relacionado con el nivel de educación de sus integrantes.

Sin embargo, solo basta con lanzar una mirada alrededor del mundo para darnos cuenta de que esta no es necesariamente la realidad.

Existen países donde evidentemente la educación no es una prioridad. No es reconocido como un derecho, sino como un privilegio limitado únicamente a algunos sectores particulares de la sociedad.

Esto tiene como consecuencia que se reduzcan las oportunidades de erradicar el analfabetismo y que se perpetúe y amplifique la división entre clases sociales.

La educación no es meramente información académica, es la construcción del individuo para descubrir sus capacidades y potencialidades. Son destrezas y experiencias formativas.

Mediante la educación, los individuos pueden adquirir mejores herramientas para enfrentar los retos de la vida con opciones y criterios más amplios.

De ahí su importancia en la vida del ser humano.

Existen diferentes factores que contribuyen a la crisis que vemos hoy día en el sistema de educación.

El presupuesto nacional que se le asigna a este sector, la falta de mantenimiento a la infraestructura de las escuelas, el salario que se les paga a los maestros, la pobreza y el hambre, los altos costos de matrícula en el sector privado que limitan el acceso equitativo a una educación de calidad, entre muchos otros factores, componen parte de la raíz de los obstáculos a vencer para mejorar la educación.

Es menester de las agencias que administran el sistema de educación de un país atender los asuntos que están bajo su control.

A pesar de ello, aún en los sistemas privados de enseñanza donde existen mejores recursos, algunos estudiantes no toman con seriedad la enseñanza que se les ofrece, ignorando la importancia de la educación en la vida de un individuo.

Por otra parte, hay quienes comprenden el valor de una buena educación y por ello luchan para defender el derecho al acceso asequible a una educación de calidad.

La educación, en general, aún no está uniformemente disponible para muchos niños y jóvenes en el mundo.

Sobre este tema, es importante destacar la historia de Malala Yousafzai.

Malala es una joven Pakistaní quien comenzó escribiendo bajo el seudónimo de Gul Makai sobre el derecho de las niñas a la educación.

Comenzó a hacer esto luego de que el régimen Talibán ocupara la región donde vivía y comenzaran a cerrar escuelas prohibiendo la educación a las niñas.

Ella fue motivada por su padre, un profesor de escuela privada, a que se expresara libremente y que aprendiera todo lo que pudiese.

En uno de sus escritos ella expresó que le entristecía tener que dejar la escuela por causa del régimen Talibán y su oposición al derecho a la educación de las niñas.

En una entrevista con CNN en noviembre de 2011, Malala se expresó sobre el derecho a la educación y dijo: “Tengo derechos. Tengo derecho a jugar, tengo derecho a educarme, tengo derecho a leer, tengo derecho a cantar, tengo derecho a ir al mercado y tengo derecho a expresarme”. “Quiero que cada niña y cada niño pueda recibir educación”. Esto no fue del agrado del Talibán, quienes tomaron sus expresiones como una amenaza por “promover la educación secular”.

El 9 de octubre de 2012, mientras viajaba de regreso de la escuela en un bus escolar, miembros del Talibán detuvieron el paso del camión donde viajaba y preguntaron quién era Malala.

Sin mediar palabras le dispararon en la cabeza. Malala, aunque mal herida, logró sobrevivir al ataque y de someterse a múltiples intervenciones quirúrgicas.

Malala es la persona más joven en recibir el Premio Nobel de la Paz a la edad de 16 años y continúa siendo una activista luchando por el derecho a la educación de todo niño y niña alrededor del mundo.

En un discurso ante las Naciones Unidas, Malala dijo: “Un niño, un maestro y un libro y un lápiz, pueden cambiar el mundo”. Se le atribuye la frase: “Con un arma puedes matar un terrorista, con la educación puedes terminar el terrorismo”.

Gracias a su activismo, se logró aprobar legislación en Pakistán para ofrecer educación a las niñas en las escuelas.

Malala es ejemplo de que una sola persona puede lograr cambios significativos en la sociedad.

Dijo ella: “Cuando el mundo entero se mantiene en silencio, una sola voz se vuelve poderosa” y “Nos percatamos de la importancia de nuestras voces solo cuando somos silenciados”.

Aprendamos de su humildad, coraje y valor. Para conocer más sobre los esfuerzos de Malala, visite www.malala.org

El problema de la educación también se ve reflejado en el ambiente Espírita. Es importante promover la educación en los diferentes centros e instituciones. No queremos decir con esto que debemos aprendernos de memoria lo que Kardec público en sus libros.

Tampoco queremos decir que para comprender el Espiritismo es requisito tener un grado académico universitario.

Lo que intentamos expresar es que es necesario leer, estudiar y analizar el cuerpo doctrinario y filosófico del Espiritismo de forma individual con el objetivo de entrar en diálogos constructivos y esclarecedores para lograr una mejor comprensión de la filosofía Espírita.

Esto nos permite conocer qué es y qué no es perteneciente al Espiritismo.

Si no dedicamos tiempo a la lectura y al estudio, estamos sujetos y destinados a aprender sobre el tema dependiendo del criterio e interpretación de quien enseña.

Esto ha sido un gran obstáculo para la comprensión de la propuesta espírita sobre la visión del ser humano ante el mundo, particularmente cuando quien dirige el grupo ha estudiado con poca profundidad los fundamentos del Espiritismo.

Al negarnos la oportunidad de estudiar el Espiritismo, sin darnos cuenta, estamos entregando nuestro juicio, nuestra capacidad crítica y análisis a otro individuo a quien le otorgamos ese poder interpretativo.

Existen dirigentes que conocen más de temas extraterrestres, místicos y metafísicos, que de Espiritismo, abriendo las puertas al sincretismo conveniente y el acomodo de conceptos ajenos al Espiritismo.

Muchos de los adeptos al Espiritismo aún no se interesan en estudiar la doctrina y prefieren asistir únicamente a las reuniones mediúmnicas.

Si la institución ofrece un programa de estudio seguido de una reunión mediúmnica, algunas personas llegarán justo concluida la parte del estudio, pero a tiempo para el comienzo de la reunión mediúmnica.

Para atender esta situación, se recomienda separar las actividades y tener un día de estudio doctrinario y otro día para realizar la reunión mediúmnica.

Es equivocado pensar que personas con facultad mediúmnica poseen mayor evolución espiritual por el simple hecho de tener una facultad.

Al hacerlo, estamos adjudicándole una virtud que no sabemos que posee.

Se puede ser espiritista sin ser médium y ser médium sin ser espiritista.

De hecho, existen más médiums fuera del Espiritismo que dentro de los círculos espíritas.

Reconocer este hecho es parte del estudio doctrinario.

Las instituciones espíritas no deben ser únicamente un centro mediúmnico.

Mediumnismo no es Espiritismo. Mediumnismo es la creencia en que a través de un médium o de otros modos se puede comunicar con los espíritus de los muertos.

Sin embargo esta definición apareció como propia del Espiritismo en el diccionario de la Real Academia Española hasta el 2014, aportando a la confusión y limitación de la grandeza de la Doctrina Espírita.

El mediumnismo se puede dar en diferentes filosofías espiritualistas (incluyendo religiones) distintas al Espiritismo.

Otra razón más para fomentar la educación espírita.

El Espiritismo no está reservado para un grupo selecto.

Es el estudio de la esencia humana, ¡la espiritual! Y como todos somos espíritus, todos podemos entrar en el conocimiento de uno mismo.

Es por ello que el espírita no debe mostrar menosprecio a la educación; al contrario debe aprovechar toda oportunidad de aprendizaje para añadirlo al acervo de su conocimiento.

Se dice que el ser humano cambia por las experiencias que ha vivido y por los libros que lee.

Existe una gran sabiduría en la codificación espírita

  • que libera al ser humano de sus temores en la vida,
  • que ofrece respuestas a sus interrogantes,
  • que nos revela la grandeza de su realidad espiritual
  • y su poder de transformar sus circunstancias con esperanza en el porvenir, a la vez que comprende su trayectoria.

Esa sabiduría hay que estudiarla.

Es necesario enfrentar las ideas que la sociedad nos impone para contrastarlas con las ideas que el Espiritismo nos propone.

Aprender a desaprender para reaprender es una tarea incómoda y extenuante, pero necesaria para poder desarrollar el razonamiento y el juicio.

Darse espacio para reanalizar y reenmarcar nuestras ideas y cómo las comprendemos es parte del desarrollo de nuestro criterio en el ejercicio del libre albedrío.

El Espiritismo, cuando bien estudiado y comprendido, nos devuelve el mérito, la libertad y el poder decisional para ejercer nuestra libre elección y ser responsables de nuestros actos con previa reflexión de las consecuencias.

No más estar sujetos a la influencias de obsesores, sino influirlos y encaminarlos hacia el progreso mediante el proceso del perdón; reconociendo que hemos lastimado primero.

Por algo Kardec expresó: “Por la educación, mejor que por la instrucción, lograremos transformar a la Humanidad”.

Aprovechemos la oportunidad que se nos presenta de estudiar la Doctrina Espírita.

Por Iván Figueroa

Artículo publicado en la revista A la Luz del Espiritismo: Publicación de la Escuela Espírita Allan Kardec (Puerto Rico) Año 3. Nº12. Diciembre de 2017

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Publicado 15 agosto, 2020 por Reproducciones en la/s categoría/s "Espiritismo