Qué consolador es saber y creer que hay una Inteligencia Suprema que nos ama y protege eternamente, justo y poderoso, el cual nos proporciona a través de leyes inmutables, el conocimiento de que hay una causa para todas las cosas.
Qué consolador es saber que nunca estamos solos al lidiar con las muchas experiencias difíciles y tribulaciones de la vida, porque se nos asignan espíritus protectores (llenos de bondad amorosa y afecto espiritual por nosotros y nuestros mejores amigos) durante la existencia en la tierra.
Están siempre a nuestro lado, para inspirarnos cuando nos sentimos mal, guiarnos al tomar decisiones y brindarnos su protección.
Necesitamos escuchar y escuchar su voz de conciencia y razón, porque solo nos orientan acerca de lo que es bueno para nosotros.
También recibimos asistencia espiritual de amigos y familiares de vidas pasadas; quienes aún nos aman y cuidan lo mejor que pueden.
Cuán consolador es saber que nuestros seres amados que parten de esta tierra antes que nosotros, son recibidos en el mundo de los espíritus por sus seres queridos tanto de vidas actuales como anteriores, los cuales partieron de este mundo material antes que ellos, y especialmente por saber que serán recibidos por sus amantes guías espirituales que les dan la bienvenida a su verdadero hogar, de vuelta al mundo espiritual, los esperan con los brazos abiertos.
Qué consolador saber que serán cuidados amorosamente, después de una vida marcada por las vicisitudes del plano terrenal.
Qué consolador y reconfortante saber que nuestros seres queridos pueden vernos y saber cómo estamos (aunque no podamos verlos o ser conscientes de esto).
Y como sabemos que esto es cierto, sabemos de lo importante que es elevar el pensamiento por ellos para armonizarlos y serenarlos.
Sabemos que todavía los amamos y los recordamos.
También queremos que sepan lo bien que estamos llevando nuestras vidas para que no se preocupen demasiado por nosotros y puedan concentrarse en la recuperación de su estancia en la vida material sobre la tierra.
Qué consolador es saber que, si Dios lo permite y están dadas las condiciones de hacerlo, nuestros seres queridos, en el mundo de los espíritus (a través de la facultad de la mediumnidad) pueden, en ocasiones, hablar directamente con nosotros en las sesiones Espiritistas.
Qué consolador es saber que las circunstancias en que nos encontramos en la vida son perfectas, circunstancias estas, que realmente necesitamos (sin importar qué difíciles sean) son compensatorias y oportunidades para rectificar injustas acciones que por desconocimiento hemos ocasionado al prójimo, tanto en la vida actual como en existencias pasadas.
Aunque es posible que no recordemos ahora las razones, lo sabíamos antes de nuestra encarnación, de acuerdo con el nivel evolutivo de cada ser, ¡por ello la necesidad de aprender de esas difíciles experiencias que realmente son causas justas de lo que nos sucede en la vida!
Qué consolador es saber que esta circunstancia perfecta en nuestra vida también moraliza y contribuye al adelanto espiritual e intelectual, si compensamos los errores, cumpliendo los deberes con amor en el corazón y resignación serena debido a nuestra fe racional en la suprema justicia del Creador y las leyes Divinas.
Qué triste es para aquellas personas que no conocen el Espiritismo y temen a la muerte; es horrible para algunos pensar que realmente pueden sufrir en el infierno por toda una eternidad o que no hay nada más allá de la muerte; qué triste para aquellos que creen que sus seres queridos fallecidos se han ido por siempre; y qué triste para aquellos que creen que esta única vida es todo lo que Dios nos concede.
Qué triste para aquellos que sienten que sufrimos sin causa justa … El Creador es amor y como Inteligencia Suprema conoce nuestro futuro y el verdadero propósito de la vida material, nos otorga libre albedrío, para sembrar y cosechar el resultado nuestros actos (buenos o malos), ello nos ayuda a crecer, desarrollarnos y avanzar en el camino hacia el perfeccionamiento.
Hay un final eventual para todo sufrimiento, cuando nos deslastremos de toda materialidad y egoísmo, habremos ganado esto por el mérito de nuestros propios esfuerzos, ¡que hace que los frutos de todos nuestros trabajos sean aún mayores!
El mayor consuelo que aporta el conocimiento del Espiritismo es la ESPERANZA, necesaria para seguir adelante, ser fuertes y continuar la vida material, porque sabemos con certeza que nuestras situaciones finalmente se vuelven mejores a través de la ley del progreso.
¡Cuán grandioso será el día en que finalicen todos nuestros sufrimientos, será también el indicador de haber alcanzado el anhelado perfeccionamiento!
Se entiende que los Espíritas no aceptan la creencia en un Dios antropomórfico…
Y.C.L.
Por Yvonne Crespo Limoges – Estados Unidos
Publicado en la revista Evolución. Venezuela Espírita. Revista del Movimiento de Cultura Espírita CIMA. 2ª Etapa. Nº2. May / Ago 2018