Cuando empecé en esto, me quedé maravillado.
Era una mezcla entre ciencia, filosofía y no excluía el sentimiento religioso, me sugería un toque más amplio, donde cabíamos todos.
No necesitabas abdicar de Jesús si creías en él, hasta sentía la libertad de creer en él de un modo más libre, más desde el corazón.
Se suponía que había una divinidad superior, que había hecho unas leyes, que nos tocaba ir conociéndolas, y la revelación se había expandido a través del globo, por varios intermediarios o profetas, que gracias a la explicación de la mediumnidad me permitía darle un toque lógico, científico, nada místico.
Bien, quizá el espiritismo sea la última utopía de un pensamiento que trataba de explicarlo todo, tan en boga en el siglo que nació. No porque lo que diga sea malo, ni falso, sino porque no se ha adaptado a los nuevos tiempos. Y hablar de él, hoy es hablar de una religión y de un modo de entender la vida. Nada más. ¿Ciencia?, no, eso ya no tiene cabida en estas lides. Como mucho hay profesionales que se dedican a la investigación científica en sus ámbitos y tienen creencias espíritas, que habrán sido heredadas de sus padres. Algún investigador hay suelto, sí, alguno. Pero es la excepción que confirma la regla.
El espiritismo actual, es una teología. Ha dejado de comportarse como una filosofía. Porque «ya tenemos la verdad», pasa esto y esto. Cuando la inmensa mayoría de estas aseveraciones se apoyan en pálidos argumentos. Textos psicografiados que se llegan a contradecir, y que depositan su autoridad en el Criterio de Verdad dada a la solemnidad de su autor, sea espiritual o médium.
Las opiniones espíritas duras, no se separan en mucho de las ideas de la Iglesia Católica. Curiosa forma de entender el «cristianismo redivido». ¿Así qué fin tiene en realidad?
Hay movimientos que hablan de la vida después de la muerte, y lo hacen más llanamente. Nuestra peculiaridad es la posibilidad de la comunicación. Pero cuánto consejo se pide a los espíritus, demasiado. Y cualquier cosa impropia es «obsesión«. Es un círculo vicioso.
«Si el espiritismo deja de ser ciencia perderá su verdadero carácter» dijo Kardec. Pues hace ya tiempo que esto pasó. Por eso cuando digo espiritismo, no puedo pensar en los textos de la época gloriosa, sino ver lo yermo que hay ahora. Y no vale sacar a relucir investigaciones de hace 2 siglos, como tampoco tiene sentido hablar de los experimentos de cualquier otra disciplina sin hablar de los actuales.
Hoy en día el espiritismo no es el Espiritismo que Kardec codificó. Es la doctrina espírita, este híbrido de religión y misticismo. Que a veces, pero solo a veces, relumbra trayendo parte de aquella belleza que se volatizó hace tiempo.
La verdad sigue estando en semilla, de momento que viva en el corazón de cada espírita. Quizá algún día vuelva a florecer con la antigua energía. Porque ahora, es una sombra de lo que realmente puede trasmitir.
Por Myriel