Nota: Ha de notarse, que la referencia a las hermanas Fox no indica que el espiritismo ha nacido con ellas, como se cree erróneamente en muchos círculos. Lo que empieza con las hermanas Fox es un interés hacia los hechos mediúmnicos, y la subsiguiente investigación que se produce de estos hechos, pero el espiritismo, como veremos más adelante, nace posteriormente con los trabajos de Allan Kardec. – Juan José Torres
Los fenómenos de Hydesville
Aunque los fenómenos mediúmnicos y los principios básicos del espiritismo forman parte de la naturaleza y por eso han existido siempre, en toda ciencia hay un momento en que el ser humano se pregunta las razones por las cuales sucede algo.
Ese momento es la parte más importante en el desarrollo espiritual humano, tanto a nivel intelectual como a nivel moral, ya que hace que se pase de la oscuridad a la luz, de la ignorancia al conocimiento.
Uno de los ejemplos más conocidos de esto es la famosa caída de la manzana que observó Newton. Lógicamente manzanas habían caído siempre, pero fue Newton quien, al ver el fenómeno, se preguntó las razones por las cuales la manzana había caído.
Lógicamente ese paso al que nos referíamos, no se da de inmediato. Es necesario mucho estudio y valor para ir superando los paradigmas de una época, puesto que el ser humano se resiste siempre a la llegada de nuevos conocimientos.
Es como un miedo a lo desconocido, como un sentimiento de seguridad en los conocimientos actuales y de inseguridad hacia lo nuevo. Pero afortunadamente siempre hay hombres y mujeres valientes que han dado ese paso, que han roto los prejuicios de su época, y a riesgo de su reputación, se han adentrado en la investigación de nuevos conocimientos, contribuyendo, de esta forma, al progreso de la humanidad.
Con los fenómenos mediúmnicos ha pasado lo mismo.
El proceso de investigación de los mismos ha tenido sus precursores, sus héroes y también, como no podía ser de otra forma, sus mártires.
No podríamos hacer mención a todas las personas que se ocuparon de estos fenómenos ni detallar todos los hechos que dieron lugar al espiritismo como ciencia, consignando aquí simplemente los hechos más relevantes que llamaron la atención de personas serias y respetadas, que no dudaron en exponerse públicamente al confesar que aquellos hechos extraños y sin explicación eran producidos por los espíritus.
Pero veamos cómo se desencadenaron estos hechos:
La historia sitúa la noche del 31 de marzo de 1848 como el inicio de las investigaciones en materia de Mediúmnidad.
Esto ocurrió en la casa de una honrada familia de granjeros llamada Fox, en un pueblecito llamado Hydesville, del estado de Nueva York. La familia estaba compuesta por los padres y dos niñas. Las niñas se llamaban Margarita, que contaba con 14 años, y Catalina de 11 años(1). Tenían otros hijos que no vivían en la casa, pero una hija mayor, de nombre Lea, tomó también parte de los fenómenos que posteriormente dieron lugar al nacimiento del espiritismo como doctrina filosófica.
Los fenómenos consistían en ruidos, principalmente golpes. Los ruidos no tenían una causa verificable y conocida, pero parece que no incomodaban mucho a la familia Fox. Fue a mediados de marzo de 1848 cuando crecieron en intensidad, lo que hizo que la familia empezara a alarmarse, sobre todo las niñas que se negaron a dormir solas. Lo primero que hicieron los padres fue investigar las causas de los ruidos. El padre observaba un lado de la puerta y la madre otro, más era imposible descubrir cuál era la causa que producía dichos ruidos.
Pero fue la noche del 31 de marzo del año mencionado, cuando un hecho vino a dar un giro importante a la cuestión. La pequeña Catalina desafió a la extraña fuerza a que repitiera los golpes que ella producía con los dedos. El resultado fue positivo, y los golpes reproducían el número de chasquidos que la niña hacía aun cuando la petición se había hecho con palabras tímidas e indecisas. Aquí radicaba lo importante del fenómeno: “La causa que producía los golpes debía ser inteligente”.
Además de inteligente, la causa debía ver y oír, incluso más allá de los límites de una persona, puesto que, sin estar presente en el cuarto, reprodujo el número de golpes que Catalina producía con los dedos, aun cuando al producir los chasquidos, procuraba no hacer ruido para evitar que alguien escondido pudiera oírlos. Esto alertó a la madre, que hizo algunas preguntas, cuyas respuestas fueron totalmente desconcertantes, puesto que revelaban un conocimiento de la vida privada de los Fox.
Las investigaciones
La señora Redfield, vecina de los Fox, fue llamada, y su sorpresa fue mayúscula cuando comprobó que las respuestas que obtenía a preguntas de su vida íntima y privada eran exactas. Esto atrajo la curiosidad de los demás lugareños, que acudían a ver el extraño fenómeno, formando lo que puede llamarse “el primer comité de investigación en materia de Mediumnidad”.
Todas las medidas de fraude fueron verificadas. Se comprobó que no había nadie escondido por la casa, y se apartaron a las niñas para confirmar que ellas mismas no realizaban los ruidos con algún extraño procedimiento. Los golpes seguían produciéndose para asombro de todos los que allí acudían.
Le cabe a Isaac Post, un cuákero de Rochester, el honor de haber diseñado el procedimiento de comunicación con estas inteligencias extrañas. Este procedimiento consistía en la asignación de un número de golpes a cada letra del abecedario, lo que permitió que, aunque lentamente, se pudiera conversar y obtener información precisa de la causa de esos fenómenos.
Gracias a estos diálogos se supo que la causa de los golpes eran los espíritus y que estos no son sino las almas de los hombres cuando han abandonado el cuerpo físico.
En el caso en cuestión, y según la información que se pudo extraer de las conversaciones con el espíritu que producía los fenómenos en la casa de los Fox, él había sido un uhonero que afirmaba haber muerto asesinado en la casa años atrás, y que su cuerpo fue enterrado en el sótano.
Lo importante de estos fenómenos no fue el mensaje, sino el fenómeno en sí. A raíz del precedente creado en Hydesville y del informe presentado por el comité de investigación, muchas personas dirigieron su atención a fenómenos similares que se sucedían en diversas partes del mundo, demostrando que estos fenómenos tenían un carácter natural pero desconocido.
Lo importante ahora era verificar cuál era la causa real que los producía.
Poco a poco los investigadores se fueron dando cuenta que la causa del fenómeno no era la casa de Hydesville, ni ninguna casa o lugar en concreto. La causa eran las propias personas. Todo parecía indicar que algunas estaban dotadas de un poder o fuerza extraña que permitía que los ruidos, movimientos de objetos, etc., se produjeran, a estas personas se les designó con el nombre de médiums, que es una palabra cuyo significado es intermediario, mediador, ya que de alguna forma eran intermediarios entre los seres humanos y los espíritus.
El movimiento surgido en Hydesville comenzó a ampliarse a diversas partes del mundo, y personas notables y mejor preparadas que los lugareños de Hydesville se hicieron eco del fenómeno.
Solo por citar algunos, mencionamos a William Crookes, Arthur Conan Doyle, Alfred Rusell Wallace, el juez Edmons o Camille Flammarión. Todos ellos hombres respetables de ciencia, que investigaron los fenómenos de forma desinteresada y desapasionada, convenciéndose, —muchas veces a su costa—, de la existencia de los espíritus y de su influencia en el mundo físico o corporal.
Citamos, por ejemplo, el caso de Sir William Crookes.
En su caso, el dedicarse a investigar el espiritismo fue motivado por el deseo de demostrar el engaño que en él se encerraba. Que Crookes se dedicara a investigar los fenómenos de orden mediúmnico era, para todos sus colegas científicos, el final de dichos fenómenos, ya que el asunto iba a ser investigado por una de las mentes más brillantes de su época. El materialismo estaba exultante, pues unos embaucadores incultos no podrían engañar a mente tan brillante y, por lo tanto, el fin del espiritismo estaba cerca. Veamos las palabras del propio Crookes:
“Se ha echado en cara a los hombres de ciencia haberse negado, durante mucho tiempo, a llevar a cabo una investigación científica sobre la existencia y naturaleza de hechos afirmados por tantos testigos competentes y dignos de crédito, los cuales han venido inútilmente reclamando un libre examen dónde y cuando se quisiera de esos hechos. Por lo que a mí se refiere, concedo demasiado valor a la investigación de la verdad y al descubrimiento de cualquier hecho nuevo de la Naturaleza, para negarme a esa investigación, bajo pretexto de que choca contra el parecer general(2)”.
Después de 4 años de investigación, (1869 – 1874) analizando y cotejando todas las ideas que se habrían ofrecido para explicar los hechos calificados de espiritistas, llegaría a la conclusión de que los hechos eran reales y ajenos a todo truco o medio mecánico.
¿Cómo reaccionó la sociedad científica?, nuevamente negando todo y ridiculizando todo.
Crookes, que era una mente brillante para la ciencia, se había vuelto mediocre y deshonesto de repente, todo por afirmar que los fenómenos mediúmnicos eran reales.
Como tantas veces, la ciencia oficial volvió la espalda a la investigación seria y concienzuda de la realidad espiritual. Ante esta actitud, William Crookes insistía en invitar a aquellos científicos que lo acusaban, para que asistieran a las investigaciones realizadas por él, obteniendo siempre la misma respuesta, una cortés y formal negativa.
La actitud de los que criticaban a Crookes era tan absurda y falta de criterio científico, que el propio investigador publicó las numerosas cartas dirigidas a Stokes, secretario de la Real Sociedad, donde le pedía que fuera a presenciar los fenómenos con sus propios ojos, sin embargo, el ilustre secretario se negó a verificar por sí mismo el fenómeno, prefiriendo negarlo y ridiculizar el trabajo de Crookes. En palabras de Conan Doyle,
“Stokes se negó, colocándose en la misma situación de aquellos Cardenales que se negaban a contemplar los satélites de Júpiter a través del telescopio de Galileo(3)”.
Como Crookes, muchos otros enfrentaron la burla, la crítica mordaz de compañeros que anteriormente los habían admirado.
Ello motivó que muchos abandonaran las investigaciones, pero también muchos no desfallecieron, ofreciendo a la humanidad una de las mayores conquistas que se haya hecho nunca.
Estamos convencidos de que todo aquel que estudie sin prejuicios, —sin la falsa superioridad de quien, haciéndose eco de una ciencia, niegan sin haber comprobado antes, de aquellos en fin, que se adentran en las manifestaciones mediúmnicas sin el desdén con el que se miran estos fenómenos—, quien estudie, decíamos, las obras e investigaciones de estos valerosos científicos, se convencerá de que las pruebas a favor de la inmortalidad del alma y la posibilidad de un contacto entre los espíritus y nosotros los encarnados es una realidad perfectamente demostrable.
Conclusiones primeras
Los fenómenos consistían, —como dijimos,— en golpes o movimientos de objetos sin una causa observable.
Estos fenómenos se sucedían en todas las partes del mundo llamando la atención tanto de curiosos como de personas serias que buscaban darles una respuesta.
En lo primero que se pensó fue en alguna causa material oculta que produjera los fenómenos. Por esa razón, las primeras investigaciones consistían en ver si existía una explicación conocida, aunque para sorpresa de los investigadores e investigadoras, los fenómenos se producían dentro de las más estrictas pruebas de control. De esta forma, quienes acudían sin preconceptos a los fenómenos, con la única pretensión de descubrir la verdad, no dudaban en ratificar que las medidas de control habían sido superadas y que la explicación de causas físicas o fraude era del todo imposible.
Esto no implica que no existieran, al lado de médiums serios y reales, aquellos otros que no lo eran, y que utilizaban trucos para intentar engañar. Muchas de estas personas fueron descubiertas en aquellos tiempos, como lo son hoy, haciendo un flaco favor a la realidad de esta ciencia. Sin embargo, para cualquier persona sensata y lógica, el hecho de que existan embaucadores en cualquier sector no implica que todos los que se dedican a ello lo sean, y sería un argumento muy pobre generalizar y pensar que todos los médiums son estafadores porque haya algunos que lo sean, de la misma forma que sería absurdo acusar a todos los médicos de farsantes, porque hay personas que se hacen pasar por médicos sin serlo.
Una vez que las causas físicas conocidas y el fraude estaban descartados, se pensó que algún tipo de energía podía influir en los objetos y producir los golpes y movimientos. Pero entonces, ¿cuál era la causa y naturaleza de esa energía?
En primer lugar, se pensó que esa energía podía ser física, como la energía eléctrica o magnética, pero la naturaleza de ese fenómeno pronto se encargaría de desmentir esa idea, que podía tener sentido si los golpes o movimientos fuesen totalmente aleatorios, pero no era eso lo que sucedía. Los golpes y los fenómenos evidenciaban inteligencia e intencionalidad, por lo que la causa debía ser, obviamente, inteligente.
Por lo tanto, si la causa era inteligente, ella misma podía responder en cuanto a su naturaleza, y al ser preguntada, la propia causa que producía los movimientos y ruidos contestó que eran espíritus, es decir, las almas de las personas que habían fallecido, hecho que se confirmaba por las revelaciones que eran ofrecidas(4).
Hemos hecho un repaso muy ligero sobre las primeras conclusiones. Los que quieran profundizar más en esto encontrarán más información en la introducción y conclusión del libro de los espíritus, así como en el capítulo 4º de la primera parte del libro de los médiums, donde Kardec hace un estudio sobre los diversos sistemas y explicaciones que surgieron para dar una respuesta a los fenómenos mediúmnicos.
Los errores en las primeras investigaciones
En sus inicios toda ciencia tiene sus dificultades. Muchos procedimientos de investigación se ven posteriormente inadecuados y hoy se sabe que la misma presencia del observador ya puede condicionar el resultado de los fenómenos, como viene demostrando la mecánica cuántica.
En materia mediúmnica, los fenómenos son producidos por espíritus. Los espíritus no son otra cosa que nosotros mismos cuando ya no tenemos el cuerpo físico. Por lo tanto, dichos fenómenos no están sujetos a la voluntad del médium ni del investigador. Los fenómenos se producen si los espíritus quieren que se produzcan, y si ellos no quieren, por más que sean redoblados los esfuerzos de los médiums o de los investigadores, ellos no aparecerán.
En los inicios de la investigación mediúmnica, uno de los errores más graves que se cometió fue la profesionalización de la Mediumnidad. Los médiums se hicieron profesionales y cobraron por las sesiones. Esto trajo un perjuicio muy grande a las investigaciones, ya que si un grupo de personas pagaba por presenciar un hecho y éste no se producía, se sentían estafados.
Los médiums se vieron fuertemente presionados para obtener resultados y muchos recurrieron a trucos o trampas para simular los fenómenos, cuando éstos no se producían. Esto desgraciadamente habló muy fuerte en contra de las investigaciones serias. Se pensaba que, si habían mentido en una ocasión, también lo habían hecho en otras, y ante la animadversión que la mediúmnidad y los espíritus causaban a la mayoría, el que fuesen demostrados fraudes en algunos casos, se convirtió en una objeción de peso para desacreditar a todos los demás.
Esta objeción no tiene ningún valor si analizamos las malas condiciones en las que se hicieron muchas de esas investigaciones, que contrariaban los principios elementales para la obtención de buenos resultados, pero esto no se tiene en cuenta y para el que quiere negar algo, es un filón inmenso al que agarrarse.
Hoy gracias al espiritismo, se sabe que la Mediumnidad es una facultad que tiene una finalidad positiva, y que su uso solo debe hacerse de forma gratuita y sin ningún propósito fútil. Son muchos los médiums que han obrado de forma totalmente desinteresada y desprendida como para que la presencia de algunos embaucadores pueda ser considerada como elemento de réplica por aquel que desee conocer la realidad de estos hechos.
Otro de los graves errores cometidos en estas primeras investigaciones, fue el desconocimiento total que sobre mediúmnidad tenían la mayoría de los investigadores.
Esto es algo normal en el comienzo de una ciencia, y ha sucedido en otras ramas del conocimiento. Basta con que nos acordemos de las primeras investigaciones sobre radiactividad y las consecuencias que tuvieron para la salud de los científicos que se ocuparon de ello.
Hoy sabemos que la mediumnidad obedece a un proceso de sintonía entre el espíritu y el médium, y que es sumamente necesario el recogimiento, la concentración y un ambiente de serenidad y tranquilidad para que el intercambio con el mundo espiritual se produzca de forma fluida y segura, pero esto era ignorado por muchos investigadores, que más que investigadores fueron aventureros en una tierra que desconocían por completo. Hay registros históricos de estas investigaciones que causan estupor en los espíritas.
Por ejemplo, algunos ataban las muñecas y pies de los médiums con tal fuerza, que al terminar la reunión los médiums aparecían con las muñecas y tobillos sangrando. Otras veces obligaban al médium a desnudarse delante de los investigadores y lo vestían con una especie de camisa de fuerza, y otros llegaron al extremo de pasar un hilo por los orificios de los pendientes de las mujeres médiums y lo ataban a la silla, sellándolo después para evitar cualquier movimiento o fraude. En estas condiciones no es de extrañar que los resultados fueran pobres o nulos en muchos casos, y que muchos investigadores no quedaran plenamente satisfechos, puesto que se estaban ignorando claramente los principios elementales para que los resultados pudieran ser positivos(5).
De todas formas, y a pesar de los múltiples errores y torpezas cometidas en este periodo, los informes y resultados obtenidos apuntan claramente a la realidad de las manifestaciones mediúmnicas, que confirman que somos seres inmortales, que continuaremos viviendo tras la muerte de nuestro cuerpo y que los seres queridos que hemos perdido no han desaparecido para siempre, y día vendrá que volveremos a reunirnos con ellos.
Toda esta investigación y fenomenología no era, lógicamente, espiritismo. Pero no podemos olvidar la importancia que tuvo para el surgimiento posterior del espiritismo como doctrina con un triple aspecto: Ciencia, Filosofía y Moral(5).
Referencias:
(1) Ha de notarse, que la referencia a las hermanas Fox no indica que el espiritismo ha nacido con ellas, como se cree erróneamente en muchos círculos. Lo que empieza con las hermanas Fox es un interés hacia los hechos mediúmnicos, y la subsiguiente investigación que se produce de estos hechos, pero el espiritismo, como veremos más adelante, nace posteriormente con los trabajos de Allan Kardec.
(2) Historia del Espiritismo – Arthur Conan Doyle, Cap. 11
(3) Historia del Espiritismo – Arthur Conan Doyle, Cap. 11
(4) El tema de la identidad personal de los espíritus y las formas de comprobación de la misma no será abordada en este trabajo. Sobre ello existen innumerables obras, unas espíritas y otras no. Ver, por ejemplo, el libro de Paulo Rossi Severino: “La vida triunfa”, donde encontramos una investigación pormenorizada de las cartas psicografiadas por Chico Xavier.
(5) Con el espiritismo se comprenden las condiciones necesarias para que existan mayores garantías de obtener resultados positivos, evitando que los médiums sean usados sin consideración y para atender simplemente a los caprichos del primero que llegue para intentar desenmascararlos. Quien quiera convencerse de la realidad de estos hechos que proceda como en cualquier ciencia, empezando por estudiar los principios y las leyes que los rigen y que ya se conocen, para posteriormente, con conocimiento de causa, pasar a realizar sus propias investigaciones desde una postura seria y respetable.
(6) Recordemos que la palabra espiritismo es un neologismo creado por el propio Allan Kardec para darle un nombre a la filosofía que surgió de los hechos mediúmnicos. Ver el Libro de los Espíritus, Introducción, Ítem 1.
Por Juan José Torres Fernández de Asociación Espírita José Grosso (Córdoba – España). Reproducido del *capítulo 2 de su libro «Filosofía Espírita; Bases Filosóficas del Espiritismo: Estudio analítico y racional de los puntos fundamentales de la filosofía espírita«. (2014)