Hablar de Oído o Hablar con Sentido
Debe ser propio de la naturaleza humana, el estar en un entramado y hablar con la misma jerga, mismos giros y expresiones, que los ahí concurridos, es el deseo inconsciente de pertenecer a un grupo. De buscar ser parte de la masa. Es nuestro miedo a ser auténticos, veraces, a sentir lo que de verdad sentimos y ser consecuentes con ello.
Ocurre muchas veces, que ciertos argumentos son repetidos hasta la saciedad, engullidos, no sentidos, y trasmitidos como una regla monástica, que hay que acatar. No es el problema lo dicho en sí, sino toda la paralingüística que acompaña al acto, la falta de vitalidad y auténtica convicción en lo dicho. Se tiene convicción en la figura de autoridad que lo ha trasmitido, pero no en lo dicho. Nos sorprenderíamos si fuéramos conscientes de muchas de las cosas que damos por ciertas no lo son, los heurísticos, atajos mentales que nos permiten continuar sin mayor dilación el día a día.