Callar es ser cómplice, así que decidí opinar.
Algunos se atreven a decir que la reciente situación en Afganistán, en Haití o en algún otro foco de guerra y dolor en el mundo es parte del plan reencarnatorio de alguien y, como todo un malabarismo lleno de sofismas espiritualistas-kármicos-new age, simplemente hay que mirarlo y dejarlo pasar.
¡No, inaceptable! La crueldad no se puede justificar con la poesía y la inacción; irresponsabilidad e indiferencia no se pueden racionalizar con una espiritualidad hueca que te llene de placebos y cuentos para que te sientas bien.
Los espíritus encarnan para aprender y sus lecciones y experiencias pueden ser tronchadas y mancilladas por la crueldad ajena.
Eso no es parte de un plan, eso es una perspectiva maniqueísta, sadista e insensible.
Ni los espíritus reencarnan para ser mujeres o niñas que escogieron nacer para ser apagadas, manipuladas y maltratadas; así como tampoco reencarnamos como hombres para ser carne de cañón, ni juguete de las manipulaciones geopolíticas o de los extremismos, el que sea.
Esto que planteamos es parte de la perspectiva espiritista, librepensadora, racional, humanista, laica y progresista que hemos llegado a comprender, compartir y desarrollar a través de la Escuela Espírita Allan Kardec. @EEAKpr
Por José Arroyo. (Puerto Rico) – Publicado el jueves 19 de agosto de 2021 en su perfil público de Facebook: Jose Arroyo | Facebook