mayo 14 2015

¿Qué es el Periespíritu? – Espiritismo

El periespíritu es un concepto clave en el espiritismo, descrito por Allan Kardec como el «cuerpo semimaterial» que sirve de vínculo entre el espíritu y el cuerpo físico. Se podría entender como un envoltorio o intermediario entre la parte puramente espiritual y la material. El periespíritu es el vehículo a través del cual el espíritu actúa sobre el cuerpo físico y, al mismo tiempo, es el que recibe las impresiones del entorno para transmitirlas al espíritu.

Funciones del periespíritu:

  1. Intermediario entre el espíritu y el cuerpo físico: El espíritu no puede actuar directamente sobre la materia, por lo que el periespíritu cumple la función de conectar ambos planos.
  2. Conservador de la memoria y experiencias: A lo largo de las encarnaciones, el periespíritu guarda los recuerdos y experiencias pasadas del espíritu. Aunque en la vida física no siempre somos conscientes de estas experiencias, el periespíritu las retiene y puede influir en nuestras inclinaciones y tendencias actuales.
  3. Forma la apariencia del espíritu desencarnado: Cuando el espíritu abandona el cuerpo físico tras la muerte, el periespíritu mantiene una forma que suele ser la misma que la del último cuerpo físico, aunque puede variar según el estado evolutivo del espíritu.
  4. Instrumento de la mediumnidad: En los fenómenos mediúmnicos, el periespíritu del médium y del espíritu comunicante interactúan, permitiendo la manifestación o la transmisión de mensajes desde el plano espiritual al plano físico.

El periespíritu está formado por una materia más sutil que la del cuerpo físico, pero aún está ligado a las leyes del mundo material. Por esta razón, puede ser afectado por nuestras emociones, pensamientos y acciones.

Por AmalIA


PERIESPÍRITU (périsprit) [del griego peri: alrededor, y del latín spiritus: espíritu]. Envoltura semimaterial del Espíritu, después de su separación del cuerpo.

El Espíritu la extrae del mundo en que se encuentra y la cambia al pasar de un globo al otro; es más o menos sutil o grosera, según la naturaleza de cada mundo.

El periespíritu puede tomar todas las formas, a voluntad del Espíritu; comúnmente adopta la imagen que tenía en su última existencia corporal.

Aunque de naturaleza etérea, la sustancia del periespíritu es capaz de recibir ciertas modificaciones que la vuelven perceptible a nuestra vista; es esto lo que sucede en las apariciones. Incluso puede –por su unión con el fluido de ciertas personas– hacerse temporalmente tangible, es decir, ofrecer al tacto la resistencia de un cuerpo sólido, como se observa en las apariciones estereotitas o palpables. (Véase Aparición [Apparition].)

La naturaleza íntima del periespíritu todavía no es conocida; pero se podría suponer que la materia del cuerpo está compuesta de una parte sólida y grosera y de otra sutil y etérea; que sólo la primera sufre la descomposición producida por la muerte, mientras que la segunda persiste y sigue al Espíritu.

De esta manera, el Espíritu tendría doble envoltura; la muerte lo despojaría solamente de la más grosera; la segunda –que es el periespíritu– sería el molde y la forma de la primera, como si fuese una especie de sombra. Pero su naturaleza esencialmente vaporosa permitiría al Espíritu modificar esta forma a voluntad, volviéndola visible o invisible, palpable o impalpable.

El periespíritu representa para el Espíritu lo que el perispermo representa para el germen del fruto. La almendra, despojada de su envoltura leñosa, contiene el germen bajo la delicada envoltura del perispermo.


Fuente: «Vocabulario Espírita» de las «Instrucciones Prácticas sobre las Manifestaciones Espíritas», de Allan Kardec, y del «Índice Alfabético», organizado por el Codificador al final de la 1ª edición de El Libro de los Espíritus

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