Moral Espírita y Evangelios
Analizaremos en este artículo la base de la moral espírita y su relación con los evangelios, para determinar si puede calificarse como una moral cristiana.
Soy consciente de que este estudio requiere mucho más espacio del que dispongo, por lo que voy a intentar ser lo más sucinto posible.
Los que opinan afirmativamente, lo hacen en base a dos premisas.
La primera en la pregunta 625 del Libro de los espíritus, la espiritualidad puso a Jesús como el modelo de conducta más perfecto que había sido entregado a la humanidad como guía y modelo.
Que la pregunta esté al inicio de la tercera parte del Libro de los espíritus es relevante para la comprensión de la misma, pues ahí queda claramente definida la suma importancia que va a tener la figura de Jesús para la parte moral del espiritismo, pero inmediatamente después, en la pregunta 627 los espíritus definen con toda claridad la labor del espiritismo en relación a la ética de Jesús, y esta labor es la de “explicar bien y desarrollar esas leyes” porque Jesús “habló con parábolas y de acuerdo al arreglo de los tiempos y lugares.”
Los espíritus no pueden hablar más claro, su labor es desarrollar, ampliar y explicar claramente la moral de Jesús, además de adecuarla a los nuevos tiempos.
Por lo tanto, no hay una subordinación de la moral espírita a la moral de Jesús, sino que partiendo de los principios generales que ofrece Jesús, elaborar una ética coherente con esos principios, pero ampliada y desarrollada con los conocimientos que el espiritismo ofrece.
Posteriormente, Kardec dedica 10 capítulos para abordar diversos aspectos de la posición ética y moral del espiritismo en cuestiones tan diversas como la cultura y las necesidades sociales de su época, y diré más, en muchos aspectos, Kardec superó la época en la que se encontraba, consolidando así la “Moral Espírita”, que está perfectamente definida en la tercera parte del Libro de los espíritus, teniendo una identidad propia y adecuada a la época en la que fue presentada.
Esta línea moral no surge de una interpretación de las escrituras neotestamentarias, sino de la investigación que hace Kardec por medio de preguntas concretas y definidas a los espíritus.
La segunda premisa en la que se basan es la aparición del Evangelio según el espiritismo, y para muchos esta es la prueba de que Kardec quería crear una moral cristiana para el espiritismo, y no solo eso, sino hacer un espiritismo cristiano.
Con el Evangelio según el espiritismo surge una pregunta:
—Si el espiritismo tiene ya una definición moral propia, que está perfectamente delineada en la tercera parte del Libro de los espíritus, ¿Por qué el evangelio según el espiritismo? ¿Cuál es la finalidad de esta obra?
Lo primero que deducimos de la aparición del Evangelio según el espiritismo, es que las referencias a Jesús y a su moral en El libro de los espíritus son escasas.
Es cierto que hay una línea ética en base al amor, pero la moral que se traza en El libro de los espíritus tiene una línea propia, desarrollando los temas de acuerdo con un planteamiento racional y como dijimos, coherente con la época y con la naturaleza dialéctica del espiritismo.
Será en el Evangelio según el espiritismo, donde se va a proceder a dar una explicación de la ética de Jesús en base a la visión que de ella tiene el espiritismo.
a Kardec, en la primera página del Evangelio, incluye el contenido que es totalmente coherente con esta idea.
Explica: CONTIENE
- La explicación de las máximas morales de Cristo,
- su concordancia con el espiritismo,
- y su aplicación a las diferentes posiciones de la vida.
Su pensamiento no puede estar más claro.
En este contenido identifica claramente dos elementos diferenciados, la moral de Jesús y la moral del espiritismo.
Cuando establece que la moral de Jesús concuerda con la moral del espiritismo, deja claro que está hablando de dos elementos distintos, pues solo puede haber concordancia entre algo cuando tenemos dos elementos a comparar, por lo que esa concordancia indica dos elementos diferenciados, eso sí, que al analizarlos concuerdan.
Más adelante, en la introducción del evangelio, vuelve a dejar clara su postura, cuando hace un análisis de las materias en las que se dividen los evangelios, mostrando una vez más la profunda seriedad y respeto al abordar cualquier tema que pueda definir al espiritismo.
Él declara que son cinco las materias en las que se pueden dividir los evangelios.
A saber:
- Los actos ordinarios de la vida de “Cristo”.
- Las palabras que sirvieron para crear los dogmas de la iglesia.
- Los Milagros.
- Las profecías.
- La moral.
Una vez establecidas las materias de los evangelios, Kardec establece que las cuatro primeras han sido objeto de controversias a lo largo de la historia, pero no ha sucedido lo mismo con la moral, y dice: “Esta parte es el objeto exclusivo de la presente obra”.
En diversos libros espíritas y en muchas conferencias, he oído que Kardec hizo esto porque consideró que era la moral lo importante de los evangelios, restando o anulando la importancia de las otras partes. No estoy de acuerdo con esta idea generalizada por diversas razones:
1º. Si consideramos que los espíritus presentaron a Jesús como el modelo más perfecto que ha venido a la tierra, – o al menos uno de los más perfectos -, cualquier cosa que esté relacionada con él debe ser importante. ¿Cómo podemos justificar que las palabras dichas por Jesús y que han servido para crear toda la teología cristiana no son importantes? ¿Pudo Kardec pensar eso?
2º. El propio Kardec no ignoró las otras partes de los evangelios, como puede verse en su obra: La génesis, los milagros y las profecías según el espiritismo. En ella hace un estudio pormenorizado de los milagros y profecías atribuidas a Jesús y si el espiritismo puede ofrecer una explicación racional sobre las mismas.
3º. En el propio Evangelio según el espiritismo encontramos cuestiones que hacen parte de la dogmática cristiana, como puede ser el diálogo de Jesús con Nicodemo o el diálogo que tiene con Pilatos sobre el reino. Es por lo tanto evidente que Kardec no consideró sin importancia los otros elementos de los evangelios.
4º. Kardec indica que “Esta parte es el objeto exclusivo de la presente obra”, es decir, de “esa obra” no del espiritismo. En ningún momento declara que no sean importantes las otras materias y que no sean objeto del espiritismo, pues aquí se refiere a la obra que estaba escribiendo.
¿De dónde colegimos que no consideraba importantes las otras? La explicación a las palabras de Kardec, a mi juicio, pasa por comprender la importancia de todo ese material neotestamentario, sobre el cual se ha definido la teología cristiana en sus múltiples enunciaciones actuales, marcando los rumbos en los que se basan los dogmas cristianos de las diferentes iglesias, algo que no es necesario para el espiritismo, pues sus bases no surgen de la interpretación de las escrituras, como pasa en toda religión cristiana, sino de un proceso de estudio e investigación, y por lo tanto, la naturaleza del espiritismo es totalmente distinta a la de cualquier religión de definición cristiana.
[…] hemos reunido en la presente obra los párrafos que pueden constituir, hablando con propiedad, “un código de moral universal, sin distinción de cultos” – Allan Kardec
Éstas, tienen su base en las escrituras, el espiritismo en la investigación científica de la mediumnidad, con sus conclusiones filosóficas y ético—morales.
Si no apreciamos esta diferencia sustancial es porque estamos mirando para otro lado.
Me atrevería a decir más: Esa interpretación, a mi juicio incorrecta de las palabras de Kardec en cuanto a la importancia del contenido global de los evangelios, ha hecho un flaco favor al movimiento espírita.
Actualmente, en base a esa interpretación, muchos espíritas consideran que cualquier trabajo de exégesis de los textos neotestamentarios no es importante, cualquier estudio y aproximación a los problemas que se presentan a la hora de acercarse al Jesús histórico es totalmente ignorado por los espíritas, porque: “eso no es lo importante”, y como consecuencia,
- tenemos un movimiento espírita que desconoce el significado de la figura histórica de Jesús,
- que no conoce las investigaciones científicas neotestamentarias,
- que ignora incluso que existan, y como consecuencia de esto, está incorporando elementos cristológicos y dogmáticos ajenos al sentir espírita, que son aceptados sin reflexión por la mayoría.
Si supiéramos realmente de donde viene el concepto de “Cordero de Dios”, por poner un ejemplo, no lo encontraríamos en libros espíritas, como tampoco encontraríamos expresiones como “Nuestra Madre María de Nazaret”, porque sabríamos que ellos tienen un origen teológico y cristológico que no comparte el espiritismo.
Pero como “lo importante es la moral” no nos paramos siquiera a pensar en la deformación ideológica que estas ideas hacen al espiritismo y la confusión que genera en aquellos que se aproximan por primera vez.
Respondiendo a la pregunta objeto de este artículo:
—Con El evangelio según el espiritismo, ¿quería Kardec crear una moral de definición cristiana para el espiritismo? Escuchemos al propio Kardec en la introducción del evangelio:
“Todo el mundo admira la moral evangélica. Cada cual proclama su sublimidad y su necesidad, pero muchos lo hacen basándose en lo que han escuchado decir al respecto, o en unas cuantas máximas que se han tornado proverbiales. Mas pocos la conocen a fondo, y son menos todavía los que la comprendan y sepan extraer sus consecuencias. La causa de esto reside, en gran parte, en la dificultad que presenta la lectura del evangelio, que resulta ininteligible para la gran mayoría. La forma alegórica en él empleada, el misticismo intencional de su lenguaje, hacen que los más lo lean por descargo de conciencia y por obligación, así como leen las plegarias sin comprenderlas, esto es, sin provecho.
[…] Con el propósito de obviar tales inconvenientes hemos reunido en la presente obra los párrafos que pueden constituir, hablando con propiedad, “un código de moral universal, sin distinción de cultos”.
Volvamos al libro de los espíritus. En el primer capítulo donde aborda la cuestión de las leyes morales, Kardec explica la ley natural, es decir, la ley de Dios, que gobierna todo el universo tanto material como moral.
Aquí, el espiritismo está considerando la moral como una ley establecida por Dios y que regula a todos los seres por igual, por lo tanto, esa moral es universal, como universales son todas las leyes de Dios.
Jesús vino a explicar una parte de esa moral y esa ética, como otros lo hicieron antes y después que él, pero como esos otros, estaba condicionado por la época y la cultura a la que pertenecía.
El espiritismo viene XIX siglos después y ofrece una visión más actualizada y pormenorizada de la ley moral, y cuando se ocupa de la moral del evangelio, no lo hace para crear una moral cristiana, ni para cristianizar el espiritismo como muchos pretenden, sino todo lo contrario.
La finalidad no es cristianizar el espiritismo sino universalizar la moral de Jesús, y no se puede decir más claro que en esta expresión: “un código de moral universal, sin distinción de cultos”.
Pero si afirmamos que la moral que ofrece el espiritismo es cristiana, ¿Dónde queda la moral judía, budista, islámica, o simplemente la ética de un agnóstico?
Afirmar que el espiritismo tiene una moral cristiana es definirla bajo un culto, que a su vez excluye a otros cultos religiosos, lo que está en clara oposición a la propuesta del codificador del espiritismo.
Por lo tanto, considero que Kardec, lejos de crear una moral cristiana, con el espiritismo ofrece una moral universal, una moral natural que surge de la propia ley natural, por la cual, cada uno es responsable de sí mismo en el proceso de evolución y recibe de acuerdo con aquello que siembra.
Cuando trata la moral de Jesús, lo hace para explicarla, desarrollarla y universalizarla, sacándola del terreno del dogmatismo en la que había estado sumida durante XIX siglos.
Por Juan José Torres.
Publicado en la revista Evolución. Venezuela Espírita. Revista de Cultura Espírita. 2ª Etapa. Ene / Abr 2018