Ideas-Clave: «Comunicaciones ocultas u ostensibles» – «Distinguir entre Espíritus buenos o malos».
Las comunicaciones de los Espíritus con los hombres son ocultas u ostensibles.
- Las comunicaciones ocultas tienen lugar mediante la influencia buena o mala que ejercen sobre nosotros sin que lo sepamos. Compete a nuestro juicio discernir entre las inspiraciones buenas y las malas.
- Las comunicaciones ostensibles tienen lugar por medio de la escritura, la palabra u otras manifestaciones materiales, la mayoría de las veces a través de los médiums que les sirven de instrumento.
Los Espíritus se manifiestan espontáneamente o por evocación.
Podemos evocar a todos los Espíritus: tanto a los que animaron a hombres oscuros, como a los de los personajes más ilustres –sea cual fuere la época en que hayan vivido–, a los de nuestros parientes, nuestros amigos o enemigos, y obtener de ellos, a través de comunicaciones escritas o verbales, consejos, informaciones sobre su situación de ultratumba, sobre sus pensamientos respecto de nosotros, así como las revelaciones que se les permite hacernos.
Los Espíritus son atraídos en virtud de su simpatía por la naturaleza moral del medio que los evoca.
Los Espíritus superiores se complacen en las reuniones serias donde predominan el amor al bien y el deseo sincero de instruirse y mejorar. Su presencia aleja de allí a los Espíritus inferiores.
En caso contrario, éstos encuentran libre acceso y pueden actuar con absoluta libertad entre las personas frívolas o guiadas exclusivamente por la curiosidad, así como en todas partes donde encuentren malos instintos. Lejos de obtener buenos consejos e informaciones útiles, no debemos esperar de ellos más que futilidades, mentiras, bromas de mal gusto o mistificaciones, pues suelen adoptar nombres venerables para inducirnos a error con mayor facilidad.
Distinguir entre los Espíritus buenos y los malos:
- El lenguaje de los Espíritus superiores es invariablemente digno, noble; se halla impregnado de la más elevada moralidad, libre de pasiones inferiores. Sus consejos reflejan la sabiduría más pura, y tienen siempre por objeto nuestro mejoramiento y el bien de la humanidad.
- El lenguaje de los Espíritus inferiores, por el contrario, es inconsecuente; suele ser trivial e incluso grosero. Si de vez en cuando expresan cosas buenas y verdaderas, la mayoría de las veces las dicen falsas y absurdas, por malicia o por ignorancia. Juegan con la credulidad y se divierten a costa de quienes los interrogan; halagan su vanidad y alimentan sus deseos con falsas esperanzas.
En resumen, las comunicaciones serias, en la más amplia acepción de la palabra, sólo tienen lugar en los centros serios, cuyos miembros se hallan unidos por una comunión íntima de pensamientos con miras al bien.
Por Allan Kardec. Publicado en «El Libro de los Espíritus» (1857) – Puedes descargar una copia gratuita en PDF desde este enlace: